domingo, 6 de abril de 2014

El cementerio marino, Paul Valéry

Publicado en 1920, es el poema más importante de Valéry como representante de la poesía pura; su título está inspirado en el cementerio de su pueblo. Influyó especialmente en los autores del 27, dos de cuyos representantes lo tradujeron:

(Versión de Jorge Guillén).
Ese techo tranquilo de palomas,
palpita entre los pinos y las tumbas.
El mediodía justo en él enciende
el mar, el mar, sin cesar empezando…
Recompensa después de un pensamiento:
Mirar por fin la calma de los dioses.

(Versión de Gerardo Diego). 
Ese techo —palomas y caminos—
entre tumbas palpita y entre pinos.
Filo del mediodía, arde la amarga
mar, la mar siempre recién renacida.
¡Premio al pensar: cómo después mi vida
calma en los dioses su mirada larga!

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