lunes, 31 de marzo de 2014

Baudelaire: "Perfume exótico"

Perfume exótico

En la cálida noche otoñal, a ojos ciegos,
cuando aspiro el dolor de tu pecho ardoroso,
vuelvo a ver ante  mí unas tierras felices
que deslumbra el brillar de un monótono sol.

Una isla morosa donde hay árboles raros
como nunca hemos visto, y unas frutas sabrosas;
y unos hombres de cuerpo esbelto y vigoroso
y mujeres que asombran por su franca mirada.

Tu perfume me guía a lugares de sueño,
veo un puerto que llenan blancas velas y mástiles
fatigados aún por las olas marinas,

y el olor de los verdes tamarindos, que mientras
ha invadido los aires y acaricia el olfato,
en mi alma se mezcla a canción marinera.

El soneto "Perfume exótico" está compuesto para la mulata Jeanne Duval, amante de Charles Baudelaire, a quien inspiró una pasión atormentada. A ella le dedicó el “ciclo de Jeanne Duval”, un conjunto de textos dentro de Las flores del mal. Combina la alusión a una mujer concreta con una serie de correspondencias sensuales relativas a una evasión a tierras lejanas.

El poema posee un marcado carácter sensitivo, desde el título mismo. Se desglosa en diferentes niveles,  con imágenes referidas a sentidos como el olfativo (“del otoño respiro”, v. 1; “el olor de tu seno”, v. 2; “por su aroma llevado”, v. 9; “el perfume de verdes tamarindos / que mi nariz impregna”, vv. 12-13), gustativo (“donde frutos sabrosos”, v. 5; “esos dulces climas”, v. 9), y visual ((“con los ojos cerrados”, “que deslumbran los fuegos”, v. 4).

Este poema anuncia los tres temas fundamentales de la obra baudeleriana: la sensualidad, la evasión (especialmente hacia mundos exóticos) y el viaje. Este viaje por el "puerto que llenan blancas velas", la evasión por el eco que la "isla morosa" le provoca y la sensualidad en "tu perfume me guía a lugares de sueño" y "el olor de los verdes tamarindos" invade los aires y acaricia "el olfato". 

La presencia del “yo lírico” se aprecia en el primer verso (“respiro”) y se prolonga a lo largo de todo el poema (contemploveo”) hasta el mismo verso final (“se mezcla en mi alma…”). Este “yo lírico” se dirige a un “tú lírico”: “en tu seno”, y que es el motivo de todo el texto: “cuando respira el olor de tu seno”, que inicia un viaje imaginario que lo lleva a paraísos exóticos que impregnan todos sus sentidos, hasta empapar toda su alma.

Para concluir, en el poema se da un raro equilibrio entre el romanticismo, que propugnaba la evasión de la realidad hacia lugares lejanos, y el parnasianismo modernista de mundos exóticos e idealizados que buscan la belleza a través del sentimiento amoroso. 

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